Cuando la cartografía quiso
hacerse mayor y compartir el rigor del método científico, empezó a usar una
fórmula que, bajo la poesía de lo mitológico , aceptaba sus imitaciones y la
falta de conocimiento: al llegar a una zona desconocida, escribían HIC SUNT
DRACONES, que es lo mismo que decir que no tenían ni idea de lo que se debía
representar en ese territorio.
Creo que hoy en día la
humanidad toda parece haber llegado, una vez más, al territorio de los
dragones, esos paisajes que exigen un esfuerzo de creatividad y adaptación para
permitirnos seguir infectando la piel del planeta. Los dragones son muchos y
variados y todos ellos, identificados o no, suponen un reto importante de la
misma manera que siglos atrás otros dragones tuvieron que ser domesticados y
asimilados por nuestros usos y costumbres cotidianos. La revolución industrial puede
ser un buen ejemplo de colonización de un territorio desconocido y sus
enseñanzas podrían ayudarnos siempre y cuando fuéramos capaces de aceptar que
necesitamos una adaptación rápida, eficaz, universal y justa para poder seguir
nuestro camino como especie.
El cambio llega rápido para el clima,
el reparto del trabajo y sus múltiples formas de evolución conjunta con la
tecnología de las comunicaciones; llega rápido para la trasformación de
nuestros usos y costumbres respecto a la movilidad y al consumo, amenazando el
actual sistema con la reimplantación del consumo circular y el abandono de los insostenibles
modelos consagrados por el desarrollismo industrial de las últimas décadas; llega
un importantísimo cambio en el modelo familiar y social derivado de la
impensable longevidad que crece gracias a los avances médicos y medioambientales;
llegan y llegamos, juntos, a ese territorio ignoto plagado de dragones que hay
que identificar y domesticar adecuadamente y debemos hacerlo según pautas
consensuadas, probadas y dosificadas según la justa medida. Todo este ladrillo
viene a cuento de los titulares lanzados por y reproducidos en la prensa sobre
el programa de Iñigo Errejón y su idea de la semana laboral de 4 días. Tal como
nos ha llegado, es un absurdo brindis al sol, pero bien explicado y exponiendo
las pruebas que ya se han realizado en Nueva Zelanda y otros países,explicando bien qué y cómo se hizo y en dónde; abriendo la posibilidad
de establecer determinadas pruebas con algunas empresas -como se hizo allí
-hubiera sido posible establecer un debate basado en datos fiables; oportunidad
perdida gracias al inadecuado uso de los famosos 140 caracteres.
Tenemos, por fortuna, la
posibilidad de usar el método científico para establecer todo tipo de pruebas y
programas que nos ayuden a colonizar los enormes territorios vírgenes que
tenemos delante de nuestros pies y sabemos que, como siempre, nos adentraremos
en lo nuevo sin duda y sin tener ni idea de las consecuencias de nuestras
acciones, pero por favor, hagámoslo con cierta cabeza y con el compromiso de tratar
de hacerlo bien y hacerlo en beneficio de todos. Necesitamos trabajar bien y
juntos, sin descalificaciones previas y poniendo encima de la mesa datos y
medidas fiables, que lo que nos jugamos es mucho y aunque algunos piensen que a
ellos y sus iguales no les afectará, no es verdad: el futuro llega para todos y
llega, además, a la casa común de todos, negacionistas pagados y paniaguados
como Aznar incluidos.
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