jueves, 24 de octubre de 2019

¿Acaba? ¿Empieza?


Sin Palabras

Como los hechos históricos ya no son lo que eran, servidora ha ido siguiendo el acontecimiento del día de soslayo, mirando con el rabillo del ojo los gestos serios de los responsables del gobierno presentes en el acto; la exhibición chulesca de la familia de su propia y anacrónica simbología; el relato de las provocaciones de la tal Merry Martínez-Bordiú y la demostración pública de que Francisco Franco sabe escribir, algo que no teníamos claro los que asistimos a sus fracasos académicos y sus permanentes vulneraciones del buen gusto al esquilmar las poblaciones animales del monte de El Pardo, tomado como espacio privado para sus esparcimientos cinegéticos.
El caso es que uno anda despistado pensando si algo acaba o algo empieza, que el paso de los tiempos y as modas acaba formando un lío y de repente, como a traición, parte del paisaje de hoy parecía tener intención de incorporarse al NO-DO y entonar, enardecidos, los gritos de ritual mientras otra parte corría hacia el futuro a abrazar las lápidas de las nuevas sepulturas en las que alojar a sus antepasados. Todo era un lío y nadie parecía detenerse en ese presente generoso, legalista y sensato que aguantaba a pie firme la grosera exhibición de fascismo genético de familiares y allegados en el entorno de una sierra escéptica que aguarda, tranquila, que pase la marea para seguir siendo bella, tranquila y serena en su grandeza de senderos, peñas y nubes.
Llegará el día en el que todo ese adefesio se derrumbe y la sierra lo incorpore a sus entrañas: la corrupción de sus constructores y la codicia de todos dejó allí la semilla propia de la arquitectura efímera, por mucho que su enloquecido y megalómano promotor tuviera sueños de eternidad.
Hoy la historia ha mostrado su patita, nada más y nos llama a todos a asumir la normalidad de lo que es normal, que lo que no puede ser no puede ser y es ella la que va colocando las piezas de lo que fue en el lugar adecuado. Sin prisas, sin gritos de ritual, sin atropellos, Francisco Franco ha cambiado de morada y la vida sigue. Nos ha costado tiempo, esfuerzo, trabajo y dinero, pero se sigue demostrando que los fascistas y su familia son miserables, ladinos, pobres de espíritu y tacaños como la historia de sus rapiñas demuestra: la cabra tira al monte y está claro que la Paca Collares dejó su impronta y el “Comandantín” se aseguró el futuro de los suyos adecuadamente.
Y la Iglesia, calladita, que está más guapa y sigue sin echar una mano en nada, que podría ser el momento de “aggionarse” y quitarse de en medio, que en ese maldito edificio no se le ha perdido nada ni nada debería requerir de su atención.
Por último, mucha suerte para todos aquellos que ven, en este día, el inicio de la esperanza aunque deberían tener en cuenta que ningún lugar puede ser mejor para sus seres queridos que ese lugar de la memoria que han conservado y mantenido como el mejor homenaje a su ignominiosa muerte.
Que todos, repito, todos, descansen y descansemos en paz. Me parece un buen futuro, sinceramente.

1 comentario:

  1. Debe haber pocos o ninguno tan desagradable y patético, entre los personajes de aquellos tiempos. Sería ridículo, además, si no le debiéramos tantas muertes.

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