domingo, 9 de diciembre de 2018

TRANSICIONES

El espeluznante silencio de miles de personas que consagró al PC


Se cumplen 40 años de nuestra querida, discutida hoy y un poco abandonada Constitución y esos 40 años han permitido muchas cosas, especialmente -y me parece grave – mucho olvido. Hoy es fácil caer en la tentación de pensar que el ayer se corresponde con el hoy y que lo que hoy vivimos con normalidad lo fue entonces como lo es ahora, pero esa concepción resulta totalmente falsa y equivocada.
El nacimiento de la Constitución fue el fruto de muchos esfuerzos, de mucha generosidad y, vamos a decirlo claro, mucho miedo: aquella España estaba sometida a dos fuerzas antagónicas que se encontraban en su común objetivo de impedir el cambio y la consagración democrática de una sociedad dispuesta a muchas cosas por crecer hacia la normalidad y hacia la modernidad de una Europa soñada y distante.
Avanzamos entre las bombas y tiros en la nuca de unos y las bravuconadas de los cuartos de banderas de otros, los cánticos de los cachorros de Blas Piñar y los matones de Sánchez Covisa; avanzamos a pesar del horror de la calle Atocha y la espléndida demostración del poder del Partido Comunista gritado en el silencio de una manifestación histórica que conmocionó al poder y le abrió las puertas de la legalidad.
Pero, sobre todo, hubo tantas transiciones como sujetos, como ciudadanos que, desde su propio y pequeño mundo, veían la llegada de un cambio cuyo futuro nadie podía asegurar. Hoy son muchos los que dicen que aquello pasó sin mérito alguno, que el juicio de la historia ha renegado de sus valores y virtudes y que es hoy, sólo hoy, cuando un nuevo proceso debe abrirse en libertad y sin ataduras. No comparto, ni de lejos, ese juicio y me gustaría poder reunir y acumular en un pequeño libro, cuaderno o documento lo que fueron las muchas diferentes transiciones de mis amigos y conocidos, alguno de los cuales tuvo la oportunidad de vivir, desde dentro, los mecanismos y entresijos de aquel periodo de nuestra historia.
Puedo asegurar que los diferentes testimonios acabarían por crear y edificar un puzle desconocido para muchos de los que hoy tienen menos de 50 años muy interesante para aquellos, ya mayores, que no tuvieron la oportunidad de ver la realidad desde el mismo prisma que ahora alguien, desconocido y ajeno, le puede describir.
¿Alguien se anima? Sería bonito poder escribir el primer libro de historia contado por aquellos a los que la historia nunca tiene en cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario