Vuelve la luz y nuestro ancestral miedo a perder la
presencia del sol en nuestros cielos se olvida; se celebra el final de las
labores del campo, la verdadera medida de nuestro esfuerzo anual, el momento de
volver la vista atrás y celebrar la nueva victoria del sol - Deus Sol Invictus –
sobre las fuerzas oscuras que traen el frío y la muerte.
Celebremos la luz, celebremos el orden que nos trae el
tiempo sobre el caos, el buen hacer de Saturno y la intuición de los sabios
habitantes del Lacio romano que vieron, en la ordenada relación del tiempo y
el espacio, la verdadera esencia de la ordenada secuencia de las estaciones y
la bendición de las cosechas. Por eso los romanos alteraban el orden en estos
días recordando el caos anterior a la aparición del tiempo, ese agente que nos
lleva por la vida en busca del final.
Io Saturnalia, antes y después; Io Saturnalia por los que
fueron y por los que serán; Io Saturnalia por cada respiración de la vida y por
cada semilla germinada; Io Saturnalia por la posibilidad de conocer, compartir
y celebrar lo que cada cual haya anhelado, pues es el anhelo y no la
consecución lo que nos pone en marcha y hace que el trabajo se convierta en recompensa.
Io Saturnalia por el nacimiento del nuevo ciclo, por los frutos
que vendrán y por los verdes renovados en los árboles que hoy vemos desnudos y
fríos. Io Saturnalia por el añorado sol atemperando los cuerpos y las casas; Io
Saturnalia por los que pudieron disfrutar y que hoy añoramos; Io Saturnalia por los deseos y proyectos, por las frustraciones
y los amigos ausentes; Io Saturnalia por el tiempo de todos sin distinción de
credos, por la verdad que esconde el camino de la tierra en su viaje circular.
¡¡IO SATURNALIA y ventura para todos!!
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