domingo, 12 de mayo de 2019

El culo y las témporas (*)




(*)Tiempo de ayuno establecido al inicio de cada una de las estaciones

Isabel Díaz Ayuso anda compungida porque la parroquia se dedica a poner en solfa sus sesudas y profundas elucubraciones sobre la realidad de la Comunidad Autónoma de Madrid y sus geniales soluciones a los muchos problemas que vivimos los madrileños. Isabel Díaz Ayuso argumenta, muy convencida y poniendo mucho énfasis, que a ella se le cuestiona “por ser mujer” y que, de darse el caso que fuera varón, todas las críticas vertidas sobre ella, jamás se habrían producido. Isabel Díaz Ayuso confunde el culo con las témporas: lo suyo nada tiene que ver con el machismo y sí mucho con su propia estupidez.
De un político se espera seriedad y coherencia, estudio, preparación y estrategia para solventar los problemas, no ocurrencias ni tonterías que a nada conducen y que demuestran la carencia de reflexión. Isabel Díaz Ayuso, además, hace un uso fraudulento y miserable de su condición de mujer, dando a entender -muy machista ella – que el hecho de lucir su condición femenina le autoriza a decir memeces sin recibir, a cambio, censura alguna. Es la exaltación de la condición de “rubia” y el ascenso a los altares de la estulticia.
La llegada de casado empieza a poder ser considerada como sibilina y letal para el movimiento feminista. Parece que quisiera demostrar sus peores intenciones machistas al poner a la cabeza de tres importantes circunscripciones a tres personas de las que albergo dudas sobre su capacidad para organizar una comunidad de vecinos o una fiesta de cumpleaños. ¿De verdad no hay nada mejor en el PP? ¿O es que Casado quiere decirnos, de manera soterrada, que esto es lo que hay y que esto es lo que pasa cuando las mujeres quieren mandar?
Isabel Díaz Ayuso no debería buscar la razón de las críticas recibidas -muchas y muy cuidadas dada la naturaleza de las burradas lanzadas por ella – en su condición de mujer, ni mucho menos: la razón está en su propia estupidez (**) a la hora de evaluar las consecuencias de sus palabras. Decir, como ella ha hecho, en una rueda de prensa que “eso no lo he pensado” es admitir que te falta una cocción y que así no es forma de estructurar un proyecto político.

La mujer tiene mucho camino por delante y necesita que las que tienen la responsabilidad y la oportunidad de aprovechar la tribuna de los medios se lo tomen más en serio y demuestren mejores cualidades de lo que ella demuestra. Señora Diaz Ayuso: su problema no es ser mujer, su problema es aceptar un trabajo y una responsabilidad para la que, ni de lejos, está preparada. Es tan sencillo como eso. No confunda el culo con las témporas, deje este lío en el que se ha metido y quiere meternos y dedíquese a estudiar, prepararse bien y con suerte, los que hablen con Vd. No se darán cuenta de lo tonta que llega a ser cuando se pone a ello.
(**) La estupidez puede referirse a la torpeza notable en comprender las cosas, a la falta de entendimiento o inteligencia o a la acción de consecuencias graves o que denota falta de inteligencia o atención, propia de un estúpido

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