domingo, 24 de julio de 2016

A VUELTAS CON EUROPA


Europa eternamente raptada

Los hijos de la Gran Bretaña han decidido que no quieren pertenecer más a la Unión Europea. Otro momento habrá para comentar la información que han manejado para tomar esa decisión, las mentiras vertidas y la cuestión de que decisiones pueden o no tomar los ciudadanos cuando se trata de cuestiones muy complejas cuyo análisis requiere de expertos y verdaderos profesionales. Hoy quiero poner la neurona a trabajar sobre la idea de si existe realmente una Europa sobre la que construir algo que merezca la pena.

Lo primero que podemos observar es que fue raptada, algo que nos viene estupendamente para pensar en si esta Europa actual ha sido, como la primera, raptada y por quién. La UE es demasiado compleja como para aceptar demasiadas simplificaciones, pero esa misma complejidad le ha convertido y mudado en distante, ajena, lejana y oscura, terriblemente oscura para unos y demasiado transparente para los que conocen sus modos y costumbres. Y quien mejor conoce a Europa y la ha seducido hasta el desfallecimiento y la completa entrega es el dinero, moderno Zeus que no ha tenido que cruzar el Mediterráneo desde la lejana Fenicia hasta Creta (otro paralelismo mitológico que alguno podría interpretar como profético, ya que estamos) con su esquiva amante cargada a los lomos, no. Ha bastado con enseñarle sus mórbidos encantos para que fronteras e instituciones cayeran fulminadas y entregadas a una orgía de complacencia cuyos placeres no han descendido a los comunes.

La cosa no es nueva, que ya los romanos hicieron de sus dominios un espacio abierto a l comercio sin trabas, verdadera sustancia y alma de su imperio, pero aquellos dominios estaban muy jerarquizados y el dinero marcaba distancias que nadie osaba acortar. Podríamos poner un cierto punto de referencia relacionando los modernos funcionarios y políticos europeos con los antiguos "publicani",  aquellos que, de una forma muy romana de gestionar la "res publica" acababan sirviendo a dios y al demonio, lo público y lo privado, sin distinguir demasiado bien entre ambos amos. (Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Publicano ) Posiblemente, uno de los grandes males de esta Europa neoplásica es que hunde sus raíces en lo que inicialmente era un acuerdo meramente comercial, muy orientado a lo económico y que todo lo social le ha venido un poco impuesto, como añadiduras a una estructura en la que los ciudadanos no acabamos de encajar. No en vano, el Diccionario de Oxford toma como origen etimológico del verbo llorar, cry, la denominación latina de ciudadano, "quirite" afirmación que podemos tomar como cierta porque viene muy bien para justificar el llanto de los modernos "quirites" europeos que tan lejos viven de las bondades financieras conseguidas por el moderno Zeus de los mercados y su rapto institucional.

Pero, ¿de verdad existe europa? ¿qué Europa perseguimos? ¿qué Europa es posible? Si miro atrás, a la historia convulsa de ese espacio llamado Europa, puedo ver que es "casi" romana; "casi" sacralizada como imperio romano germánico, "casi" otomana y otros  muchos "casis" con un sólo  

denominador común: la guerra o la ausencia de paz, como queramos llamar a la figura y sólo por eso, por eliminar tan monótona costumbre de masacrarnos unos a otros, vale la pena que esta Europa ahora amenazada se abra a los ciudadanos, a ese modelo de beneficios sociales y avances en los derechos de los trabajadores; a la Europa de la cultura con vocación universal y humanista que levante la bandera del hombre y su bienestar para limitar la voracidad del dinero.

¿Un ejemplo? El capital vuela de país en país con el sólo esfuerzo de presionar el botón de un ratón, pero una empresa europea, holandesa por más señas, no puede contratar a un españolito -a mi, sin ir más lejos - sin más trámite que formar un modelo de contrato europeo válido para todos sus miembros y que garantice los derechos y obligaciones del trabajador en su país de residencia. Parece sencillo, ¿no?, pues posiblemente porque es imposible, los ciudadanos piensan que la UE sólo faculta el libre vuelo del capital mientras deja anclados a sus ciudadanos.

Como primera aproximación a la idea, me sirve, que el tema da para mucho

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