lunes, 26 de marzo de 2018

Cuando el colectivo colabora



Andan mis pasos perdidos entre los verdes y las aguas de Galicia mientras mis ojos descansan y el alma se llena de grandes paisajes que impresionan hasta las vísceras. Entre tanta agua, tanta calma y tanto susurro del aire entre las hojas que recuerdan a los rápidos regatos de montaña, hemos abierto una ventana  a la reflexión y a la cultura visitando el Castro de Viladonga y claro, cultura llama a reflexión y el espacio lanza su mensaje con una fortaleza absoluta: cuando nos ponemos las pilas, somos capaces.

El reducto celta, que en sus mejores momentos no pasaba de 350 almas, fue capaz de levantar una obra común en forma de formidables defensas, recintos de ganado, huertas y muchas más cosas.¿Qué significa eso? Hagamos números:
350 en total
Mujeres, niños y ancianos "no currantes" 175?
Clases nobles y pasivas: 20?
Los que esos días "están fatal de lo suyo": los de siempre
Funcionarios y Druidas: algunos
Doblando el lomo como "pringaos": no le calculo más de 75 o 100 pobres desgraciados que con tiempo, levantaron un recinto ejemplar.
Moraleja: una sociedad que, de verdad, quiere hacer algo, solo necesita colaborar y tener tiempo.
Ejemplos que nos da la historia y que intentamos olvidar siempre que podemos.

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