domingo, 15 de julio de 2018

¿Quid pro quo?¿En beneficio de quién?


Una cosa es bailar y otra cantar...

Anda el panorama informativo muy revuelto por las declaraciones de la tal Corinna, verdadero torpedo a la línea de flotación de…toda la flota. Aquellos, muy pocos, que me siguen, saben que no soy propenso a las “conspiranoias”, pero esto tiene todos los ingredientes para que se deje volar la imaginación siguiendo los muchos hilos que la madeja nos muestra.
En primer lugar el entorno, los participantes y el momento elegido son realmente extraños. Tres personajes que, tanto en conjunto como por separado, pueden calificarse de deleznables, repugnantes y nocivos; mezcolanza de perfiles distintos cuya conjunción se me presenta como algo imposible si no estuviera predestinado a alcanzar un fin, por lejano que se haya planificado este fin.  La primera conclusión lógica es la amenaza, no velada sino meridianamente clara, que nos lanza Villarejo: hay mierda para todos y yo no me como el marrón solito y en silencio. Eso está claro, pero de las muchas miserias que conoce y maneja este singular pocero al servicio de oscuras causas se elige, precisamente, la del emérito. Por lo que sabemos de sus trabajos, idas y venidas, Villarejo tiene información oscura de muchos más personajes de la vida empresarial y política de este país, pero la diana se coloca en la primera cabeza, en la más incómoda y en la que puede abrir una vía de agua, muy complicada de solventar, en la primera institución del estado.
La pregunta es clara: ¿A quién beneficia este escándalo? ¿A los republicanos? ¿A los que aspiran a convertirse en presidentes de la Tercera República sin dar la cara y tejiendo sombríos hilos desde la retaguardia a la espera de su momento y su entrada en la historia como salvadores del Estado? ¿A una facción del PP, ajena a la gestión del CSI, apoyada por Aznar que lucha contra Soraya, la misma que lo gestionó desde la Vicepresidencia durante años?
La definitiva caída del emérito salpica, y mucho, al vigente monarca, pero es que parece ser que también hay preparada munición específica para este otro trofeo: las conversaciones entre la reina y su “compi yogui”, el yerno de Villar Mir que, desde su elevada capilla de la torre de Castellana, colaboraba en los tráficos de comisiones ilegales que le daban obras y sustanciosos ingresos.
Como vemos, dos de estos hilos me llevan a Aznar: su apoyo a Casado en las elecciones del PP y la presencia de su “compañero de pupitre” en la famosa reunión, pero eso no quiere decir que la línea sea cierta, ni mucho menos. Hay otras derivaciones cuyo origen y destino no se muestran claramente, pero cuyas consecuencias nos alcanzan con resultados nefastos.
El centro de todo vuelve a ser, como casi siempre, la corrupción, verdadero cáncer espiritual de esta España sometida a la inmoralidad pública y privada; a la falta de ética de aquellos que laborando contra muchos, consiguen que este país permanezca alejado de todo cuanto se le supone como obvio a la vida cotidiana de instituciones y ciudadanos. España convive, desde siempre, con la corrupción y esta situación debe cambiar y debe hacerlo de manera inmediata. Debemos adoptar, desde ahora mismo, las exigencias que son comunes en otros países y que no han permeado en nuestro tejido social. Es lamentable, pero ni los votantes castigan las desviaciones de estos códigos no asumidos, ni los políticos parecen tener la intención de llevarlos a la práctica.
Este es un país con futuro, con buenas gentes que trabajan y se esfuerzan en su honradez y en sus principios pero sin ayuda y luchando contra un cúmulo de instituciones putrefactas que se enquistan en el tejido social para parasitarlo y destruirlo.
O España se pone en marcha contra la corrupción, o nos veremos sometidos a la extorsión, el chantaje y la parálisis: no hay opción y para luego es tarde. Vamos muy mal y parece que el futuro se presenta oscuro, lamentablemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario