domingo, 29 de diciembre de 2019

La sementera del tiempo




En los helados surcos marrones, hoy maquillados de escarcha,
yace el tiempo en la fría sementera desgarrada, oscura,
arañada de añoranza y helada con el invierno.
Espera el hombre acobardado de hielo, viento y borrasca.
Sueña el lejano verde de un renacer olvidado
y Saturno, dueño del tiempo, rige esperanzas y sueños
y los sueños se hacen vino, se hacen recuerdos perdidos
se hacen nada pues nada somos ante el miedo.
somos nada bajo el hielo; somos, ante todo, nada.
Bajo la oscurecida luna del invierno duerme el verde
y el hielo muerde la tierra hasta el desgarro y el daño
Teme el hombre y huye el sol; calla el campo y todo muere
pero el sueño permanece más allá de la esperanza.
Volverá el verde Mayo y el hielo se olvidará de nuevo
Volverá la vida y el miedo volará lejos con la borrasca  
y el hombre mirará atrás buscando alivio del miedo
buscará ayuda, buscará la razón del daño
y encontrará a un dios que le explique, un dios
humano y calmo que le hable del sol y los vientos,
que le hable del solsticio y del verano, del hielo y el fuego
del miedo y la calma, del largo tiempo en sementera.
Como el tiempo, nuestras vidas, viven y mueren;
Duermen o respiran sobre una tierra arañada,
herida por nuestro paso y preñada de mañana.

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