jueves, 13 de abril de 2017

CONTRA LA PARED



Que la vida es injusta y un proceso mal parido es algo que llevo diciendo muchos años, pero que, además de esas cualidades cuente con la capacidad de ser una auténtica hija de puta es algo que se demuestra en muchas ocasiones y con especial brillantez cuando se ceba en la suerte de los niños. hace pocas semanas que, de vez en cuando, me asalta un video que se emite -imagino que sin cargo y por la cercanía de algún directivo con la causa, que suele ser la principal razón de tanta solidaridad- en los canales digitales protagonizado por niños enfermos de cáncer. El video es genial y ha sido posible gracias a que el Dúo Dinámico ha donado los derechos de su canción “Resistiré”, algo realmente loable y que ha permitido la creación de una pieza realmente buena y especialmente emotiva.

Confieso que no puedo verlo sin emocionarme y ponerme triste: es algo que me pasa por encima y que, sin embargo, no puedo dejar de ver y detengo de forma fulminante la búsqueda de otros programas en cuanto me encuentro con sus imágenes. Quiere ser alegre, optimista;  quiere transmitir fuerza y energía; quiere que seamos conscientes del esfuerzo de los niños enfermos y de la enorme profesionalidad y entereza de los que los cuidan (Digno de otros miles de páginas elogiosas y largos panegíricos, sin duda) en medio de un ambiente alegre que ellos mismos generan y que se alza por encima de las desgracias diarias que deben llenar sus vidas. Todo perfecto, pero yo me quedo triste, hecho polvo y pensando que, si hay algo injusto en el mundo, es la enfermedad de un niño y que si algo niega la existencia de algo parecido a un dios es, precisamente, esa posibilidad: un niño que muere de cáncer es un insulto, una infamia, una injusticia, un absurdo, una cabronada insigne que no admite más intervención que la tiranía de una proceso, la vida, basada en la destrucción, el azar y el derroche de seres que alimentan a otros seres en un círculo de suma cero que nos devora a todos sin tener en cuenta ningún destino, ningún sentido y sobre todo, ninguna justificación.

El video es un recordatorio constante sobre el absurdo que rige nuestras vidas, siempre sujetas al azar de una enfermedad, una infección, un accidente, una alteración y siempre, siempre, enraizadas en la más absoluta intrascendencia: nuestra vida no le importa a la vida, ella continúa impasible buscando nuevas víctimas, algunas de las cuales argumentan que verse sometidos a esa enloquecida tiranía es “una bendición”. No, la vida no es una bendición, es una putada que, en el caso de las enfermedades infantiles, se muestra todavía más cruel, absurda y despiadada, casi vengativa y sádica.

Tomo el título de uno de los versos de la canción “cuando me pongan contra la pared..” y es que todo lo que el video refleja y desarrolla a mi, personalmente, me pone contra la pared y refuerza por completo y una vez más, lo que he ido acumulando como manual de instrucciones para afrontar ese breve periodo de consciencia que llamamos vida y que está llamado a volver al silencio de la materia inerte y ser, otra vez, polvo de estrellas.

A todos los que intervienen en esa lucha, en esa pelea diaria les deseo lo mejor y especialmente deseo que esa cara que trata de transmitir alegría e ilusión, pierda, para siempre, la oscuridad doliente que puedo ver cada vez que me dice que “la quimio jugando, se pasa volando”. Mucha suerte, mucha fuerza, mucho ánimo y que la vida no se cebe con vosotros. 


Ni es justo ni es comprensible. Por lo menos, para mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario