Escribo a partir del comentario de una amiga que me dice que
“últimamente escribes mucho de política” y, como casi siempre, pienso en lo que
eso significa, qué queda dentro y qué extramuros del amplio territorio de la
política. La novena acepción del diccionario de la RAE nos dice que política se
refiere a la “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos
con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo” lo cual me lleva a
pensar que, aceptado el principio expuesto, son pocas las cosas que pueden
localizarse fuera de ese ámbito.
Pongamos un ejemplo que ilustre la secuencia y las
derivaciones de un tema sobre el que quería escribir antes de que el comentario
se cruzara en el camino. La foto que ilustra esta entrada corresponde al último
absurdo al que se enfrenta, en este caso, el gobierno de Nepal. Es obvio que
tal patulea de descerebrados intentando alcanzar la cima del Everest se ha
convertido en un “contradiós”, de manera que podemos acercarnos a esa realidad desde
varios puntos de vista que, seguro, acabarán varados en la dulce e inmensa
ensenada de la política.
1º.- Podemos escribir que la foto demuestra que la sociedad
ha abandonado la vía del correcto esfuerzo para abrazar el consumismo extremo
que permite, a cualquiera con dinero suficiente, alcanzar el capricho de subir
el Everest. El dinero hace posible el contrato y la imbecilidad, la falta de
criterio, el capricho, la mala educación y una moral estupidizada, blanda y carente
de la fibra moral necesaria para alcanzar las metas mediante el adecuado
sacrificio, preparación y esfuerzo, hacen el resto. Sherpas especializados en
el transporte de ricachones caprichosos los llevan hasta arriba amorrados a las
botellas de oxígeno que evitan la anoxia y consiguen que puedan hacerse la
foto. Que consigan bajar y escapar de la muerte que acecha por encima de los
8.000 metros y no morir en el atasco, es otra historia, pero eso no deteriora
el negocio.
2º.- ¿Cómo clasificamos el comentario? ¿Es la política de
Nepal la que tiene que regular el negocio? ¿Hablamos de una sociedad enferma
que abraza el consumismo y consagra el capricho de lo inmediato eludiendo el
esfuerzo, la preparación y el sacrificio necesario para conseguir toda meta?
¿Abrimos la espita del humor negro para aplaudir una nueva e imaginativa estrategia
que nos permite librarnos de una pequeña parte de los idiotas que empobrecen el
valor de la raza humana? ¿Nos vamos hacia el lado de la política
conservacionista poniendo de relieve la enorme cantidad de pura mierda, basura
y residuos que han convertido al techo del mundo en un verdadero estercolero?
3º.- Mucho me temo que, tomemos el camino que tomemos, todo
acaba en analizar comportamientos humanos en el contexto de las interacciones
sociales y eso, querida amiga, siempre puede etiquetarse como política, el
antiguo arte de gobernar las cosas relativas a la polis, lugar común desde el
que la humanidad encamina, decidida, su proceso de degradación y estupidez.
Estamos cerca de conseguir nuestra propia destrucción, así
que pongo mi esperanza en la inacabable creatividad de la especie para
encontrar fórmulas tan creativas como esta de llenar de fiambres las nevadas
cumbres del Himalaya. Genial, realmente genial el invento.
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