domingo, 29 de diciembre de 2019

La sementera del tiempo




En los helados surcos marrones, hoy maquillados de escarcha,
yace el tiempo en la fría sementera desgarrada, oscura,
arañada de añoranza y helada con el invierno.
Espera el hombre acobardado de hielo, viento y borrasca.
Sueña el lejano verde de un renacer olvidado
y Saturno, dueño del tiempo, rige esperanzas y sueños
y los sueños se hacen vino, se hacen recuerdos perdidos
se hacen nada pues nada somos ante el miedo.
somos nada bajo el hielo; somos, ante todo, nada.
Bajo la oscurecida luna del invierno duerme el verde
y el hielo muerde la tierra hasta el desgarro y el daño
Teme el hombre y huye el sol; calla el campo y todo muere
pero el sueño permanece más allá de la esperanza.
Volverá el verde Mayo y el hielo se olvidará de nuevo
Volverá la vida y el miedo volará lejos con la borrasca  
y el hombre mirará atrás buscando alivio del miedo
buscará ayuda, buscará la razón del daño
y encontrará a un dios que le explique, un dios
humano y calmo que le hable del sol y los vientos,
que le hable del solsticio y del verano, del hielo y el fuego
del miedo y la calma, del largo tiempo en sementera.
Como el tiempo, nuestras vidas, viven y mueren;
Duermen o respiran sobre una tierra arañada,
herida por nuestro paso y preñada de mañana.

sábado, 14 de diciembre de 2019

El Dedo y la Luna




Greta tiene razón, la emergencia es absoluta, lo confirman todos los datos fiables y, lo que es peor: ya se acumulan muertos cuya vida ha terminado por culpa del cambio climático. El problema es que la figura de Greta, una niña de 16 años con un destino cruel si no me equivoco, es una figura muy caricaturizable; es un objetivo fácil para esos reaccionarios que, ridiculizando el dedo que señala la luna, consiguen que olvidemos la existencia de la luna para centrarnos en lo insignificante y débil del dedo de una niña.
La reacción económica tiene una posición dominante y un objetivo claro; sabe manipular medios, personalidades y distribuye generosamente las inmensas cantidades de dinero que tiene a su disposición para oscurecerlo todo. Es dinero que compra voluntades, que compra el prestigio personal que fija precio a su traición y confunde, lanza fuegos de artificio, inunda las redes de memes y de fotos de Greta con el ceño fruncido y quieren que nos olvidemos de la verdad: esto está “mu jodido”.
Greta, en su posición de vanguardia, hace lo que siempre se ha hecho: exagera, radicaliza, grita, conmueve, señala el fuego que otros quieren que no veamos y su aparición debe ser aplaudida y también debemos agradecer la asunción inconsciente del destino de juguete roto que le aguarda tras la marea de notoriedad y fama. Le llegará y deberá asumirlo de la mejor manera posible, pero nos habrá beneficiado a todos y su mensaje habrá contribuido a que se pongan en marcha millones de pequeños actos individuales que son posibles y que, seguro, serán eficaces para cambiar la dirección de algunas corrientes de consumo. ¿Cómo? Sumando millones de pequeñas gotas al río de los cambios.
Todos podemos cambiar nuestro cepillo de dientes de plástico por otro de bambú; dejar el coche en casa ese domingo que nos apetece salir y ponernos a andar; todos podemos ir a la compra con nuestras propias bolsas y recipientes para evitar el plástico; todos podemos dejar notas en los supermercados diciendo que no compramos nada que esté contenido en plásticos (aunque sea mentira); algunos comprarán un coche eléctrico cuando tengan que cambiar…y todos esos pequeños gestos acabarán por crear segmentos de mercado que serán económicamente interesantes, verdadero punto de inflexión para todo. Y de momento, no han entrado en juego los políticos.
Los políticos deben ser conscientes de que el momento es ahora, que ya es la hora de legislar con absoluta dureza y sin piedad, por mucho que sume la cuenta a pagar. Como se hizo con el tabaco -y acordaros todos de todo lo que se dijo en contra de una medida que todos dijeron que era imposible y sin embargo se realizó sin problema – las medidas deben llegar de manera inmediata e inclemente. Se terminó todo lo que sea economía circular; se acabó desechar plásticos de botellas y se acabó permanecer genuflexos antes su majestad el coche y su vicario el petróleo.
No hay tiempo, ya ha pasado el tiempo de la duda: ha llegado el momento de actuar y no dejarse confundir por los bien pagados negacionistas. Mientras ellos perpetúan su negocio, la cuenta la pagamos todos y eso debe acabarse: no dejéis que os confundan o distraigan y dar el primer paso del largo viaje que tenemos delante. Decidir hacer una cosa, una simple cosa y mantenerla. Sentiros importantes con esa pequeña aportación y cuando la hayáis asumido y pertenezca a vuestros hábitos, añadir otra más y luego otra y…sentiros parte de la corriente que, lo consiga o no, intenta arreglar las cosas.
Nadie os podrá quitar ese logro ni ese orgullo por el deber cumplido.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Hijos de Todos



Que Vox está sacudiendo cimientos y conciencias es algo obvio, pero lo que para algunos no es tan obvio es que lo hace manejando los conceptos más peligrosos que imaginarse puedan. Vox simplifica, segmenta, disecciona y receta pócimas que, en su perversa simplicidad, parecen adecuarse a las necesidades más básicas de aquellos incapaces de manejar realidades complejas. La receta de Vox es terrible por su demostrada eficacia a lo largo de la historia, pero se olvida que la eficacia de esa estrategia sólo conduce a la guerra, al enfrentamiento, a la división y a la consagración del odio como motor de los cambios sociales.
Vox ha tenido un éxito desmesurado en las últimas elecciones y, crecido por sus ensoñaciones, se siente dueño del destino de algunos: de los más débiles y desfavorecidos por la suerte. Si quisiéramos diseñar una situación personal trágica, adversa, triste y definitoria de un oscuro futuro, posiblemente muchos de nosotros describiríamos punto por punto la vida de los menores no acompañados que son acogidos en tantos recintos europeos a la espera de…nada. Niños en tránsito hacia el anonimato que no son de nadie siendo de todos; sus vidas se deslizan paralelas a las nuestras, como lánguidos fantasmas que, cuando se hacen corpóreos y presentes, sólo pueden aspirar a molestarnos y a encender el odio de los votantes de vox marcados por el miedo.
Esos niños, adolescentes desnortados que a nadie aman y a nadie imitan, viven el horror de la no pertenencia: no tienen tribu, familia o cultura propia; no pueden ser nada que hayan aceptado, querido y sentido como propio y, sin embargo, creo firmemente que son nuestros, son de todos, que su tragedia nos salpica de silencio, olvido e ignorancia mientras dejamos que sean blanco de los odios de aquellos que, en su desgracia e indefensa invalidez, ven la fácil consagración de su poder.
El mensaje de Vox es repugnante en general, pero cuando convierte a estos niños y adolescentes en el blanco de sus ataques y mentiras, hace que se me revuelvan las tripas de indignación y luego, más calmado, pienso que es mejor que todos podamos ver la podredumbre de sus almas en su máxima expresión. Pienso que es mejor que aquellos que les aceptan vean, cada día, cada minuto de su abyecta aceptación, con qué y con quien trabajan y qué objetivos tienen esos a los que llaman “socios” y que quieren engañarnos negándose a aceptar la realidad de esa condición (Rae: persona asociada con otra u otras para algún fin.)
Hoy son esos anónimos -nos conviene que esos niños etéreos y ausentes no tengan nombre y se acerquen a la condición de cosa- seres que habitan los márgenes de nuestra vida, pero mañana podremos ser cualquiera de nosotros el blanco de sus odios: homosexuales, mujeres, adversarios políticos…y nadie podrá decir que no sabía lo que realmente significaba el discurso de este partido. El odio no tiene límite ni barrera moral alguna, el odio lo valida y lo justifica todo y todos debemos ser conscientes de que se ha iniciado su tiempo. Hoy son los MENAS, los hijos de todos, los que se han convertido en el centro de su odio. ¿Necesitamos algo más para darnos cuenta de su verdad? ¿Hay algo peor que ver a nuestros hijos en peligro? ¿Hasta dónde va a llegar la culpable complicidad de algunos? ¿Veremos impasibles la persecución de nuestros propios hijos mientras miramos hacia otro lado? Esperemos que no.

domingo, 24 de noviembre de 2019

Nuevos elementos en la cadena de valor: la censura y la mentira




Los que pensamos y creímos, allá en el lejano 1993, que Internet vendría en auxilio de la libertad, la difusión global de la cultura y el conocimiento, la libre expresión y, en definitiva, la sustancial mejora de los elementos éticos que contribuyen a la mejora de las sociedades acertamos en parte y en otra gran parte, erramos las previsiones al 100%.
Hace semanas que vengo dando vueltas a la idea de escribir sobre los grandes peligros que, desde dentro del negocio desarrollado en internet, podemos ver los que nos dedicamos a esto: la enorme importancia de la nueva censura silenciosa ejercida por las marcas y por las plataformas de las redes sociales y la facilidad de dispersión de las mentiras en las redes sociales.
Si no habéis visto el video de la cabecera, por favor, dedicar los próximos 6 minutos a su visionado/lectura ( https://twitter.com/i/status/1198236759345238016 ) y podréis entender el primero de los dos puntos trascendentales del momento: si da dinero, Face Book (y todas las grandes corporaciones de internet) emitirán cualquier contenido que les aporte ingresos y mejora en la cuenta de resultados. No importa que estos contenidos sean políticos, empresariales o de supuestas tendencias sociales que enmascaren otros objetivos políticos y, normalmente, al servicio de ideas muy extremas. Esto vale para la difusión de mentiras a favor del breixit, la independencia de Cataluña o cualquier salvajada que mantenga que los judíos de Auschwitz estaban, realmente, de paseo por los bosques polacos. Mientras haya dinero por medio y no se ataque la libertad de la empresa emisora para hacer de su capa un sayo, vale todo y todo contribuye a que nos traguemos esa falacia de los mercados autorregulados en virtud de no se que inexorable ley con mágicos poderes para atajar las peores inclinaciones del espíritu humano. Eso en cuanto a la mentira, pero es que la mentira no vive sola en los nuevos territorios de los negocios de internet: la censura silenciosa se ha convertido en su inseparable compañera. Veamos.
Para que podáis tomar posiciones, entre Google y Face Book, dominan con mano férrea la industria de la publicidad y de los sistemas de gestión de publicidad que utilizan los medios de comunicación. En definitiva, tienen poder de vida y muerte sobre los medios - todos los medios, incluidos esos que nos dicen que son independientes – y si ellos dicen que los contenidos no son apropiados, la fuente de los ingresos publicitarios se seca inexorablemente. Mientras prohíben pezones y contenidos violentos -es decir, prohíben una gran parte de los contenidos de los medios de comunicación que DEBEN informar sobre delitos y faltas cometidos en las zonas de cobertura -ellos se dedican a vender nuestros datos de manera fraudulenta y llegan incluso a manejar nuestros historiales médicos para  -como delito potencial y todavía no probado -poder hacer negocio con aseguradoras que podrán rechazar nuestras pólizas si conocen nuestras patologías.
Y las marcas felices, pues ellas, también, pueden decidir no aparecer en esas páginas que informan de cosas tan desagradables y tan alejadas del idílico disfrute de sus productos. Nadie lo dice y nadie parece saberlo, pero entre los intereses de las marcas aprovechando esas posibilidades y la falta de ética de las grandes operadoras, la información de internet y el ejercicio de la libertad de prensa, va camino de la desaparición para convertir a la red en un entorno lleno de cachorritos y gatitos cuyas actividades a nadie perturban y contribuyen a que ellos hagan negocio dentro de una sociedad estupidizada, pacata y manipulada pro aquellos que cuyos intereses se basan en el ejercicio del poder a toda costa.
Por favor, desarrollar vuestra independencia de juicio, no les hagáis el juego y ante la posible difusión de algún contenido negativo sobre algo o alguien, siempre preguntaros sobre el origen, la veracidad y la motivación de aquellos que os hacen llegar esa clase de informaciones. La red se ha convertido en un entorno mentiroso y rentable para aquellos que engañan. Tener cuidado, que hay dragones tras las pantallas.


(1)    La cadena de valor empresarial, también cadena de valor, es un modelo teórico que permite describir el desarrollo de las actividades de una organización empresarial generando valor al producto final, descrito y popularizado por Michael Porter en su obra, Competitive Advantage: Creating and Sustaining Superior Performance (1985).1​

domingo, 3 de noviembre de 2019

El manejo de los símbolos




Madrid, en una acción loable, acogerá la cumbre del clima que debería tener lugar en Chile, país que no puede garantizar su celebración en paz y tranquilidad. No es que por aquí nos sobre mucho de eso, pero lo suficiente como para que Ifema haga caja, los hoteleros suban precios y el gobierno quede bien con los que seguirán ostentando -eso sí es generoso – la presidencia del acto.
Centrada la cosa, pasemos a analizar el papel -posible papel, que todavía no se ha cerrado – de la tal Greta Thunberg, que ya ha pedido ayuda para asistir a tan magna celebración. Lo primero que parece claro es que la niña ya ha asumido su trascendencia histórica y asume, con naturalidad, que ella debe formar parte de este acto. Es mucho suponer para sus 16 añitos, pero parece que ella tiene el cuajo suficiente como para sentirse llamada atan altos destinos y misiones.
Lo segundo que podemos plantearnos es la coherencia de sus planteamientos: no viaja en avión y no quiere que mover su cuerpo serrano hasta Madrid suponga contaminación alguna o subida de la huella de carbono. Ir hasta NY en velero es posible, pero a Madrid es más complicado acceder por vía marítima. Siendo 100% coherente, debería ser ella la que planteara la virtualidad de la cumbre y que los más de 20.000 asistentes pudieran debatir por vía informática y que nadie, ella incluida y sin dar otra opción a su participación, tuviera que realizar el contaminante viaje por avión.
Greta ha asumido su papel de símbolo, pero los demás, políticos en primer lugar, deben saber usar los símbolos para mover los cambios sociales hacia lo posible. Greta hace muy bien en reivindicar el uso del velero, pero el mundo no se puede parar o retroceder hasta la época en la que los “trade winds” marcaban el devenir de la sociedad. Ella es la vanguardia extrema, necesaria y ultramontana, pero el resto debemos aspirar a lo posible y a lo factible y debemos encontrar la manera de incorporar al símbolo en el camino de lo práctico y lo viable.
Siempre, la vanguardia marca el camino de lo ideal y el tiempo y la sensatez deben encontrar lo posible y lo adecuado o menos malo. El problema, hoy, es que ese camino hacia lo adecuado y lo posible está bloqueado por una clase reaccionaria que sigue controlando los resortes del poder e impide el avance por mucho que los datos reclamen de nuestras más inmediatas acciones.

Las personas y las cosas


Vivimos tiempos de odio en las calles y ese odio que se refleja en hogueras y adoquines voladores tiene, en mi opinión, un rasgo espeluznante que me preocupa enormemente. Hace tiempo que digo, por observaciones parciales y probablemente equivocadas, que hay un rasgo de frialdad en algunas culturas orientales que me repugna hasta los tuétanos: la frialdad con la que estos orientales son capaces de convertir en cosas a los seres vivos y, en consonancia, demostrar una absoluta incapacidad de empatía con el sufrimiento que les causan. Animales despellejados y hervidos vivos como ejemplo más notorio. Como no entiendo su sufrimiento, no hago nada por acortarlo. Occidente masacra animales,  pero entre el cinismo y la verdad, algo hacemos para que el trance sea lo menos cruel posible. Que se consiga o no, es otra cosa, seamos claros. Pero vuelvo al núcleo de la cosa: las personas y las cosas; las personas convertidas en anónimas cosas con las que se puede perder toda empatía. ¿Es posible? Me temo que si, y muy cerca.
En las imágenes de los disturbios de Barcelona, al igual que ocurre en muchos otros sitios, hay un momento en el que los manifestantes violentos pierden el norte y los policías que tienen delante pierden la condición, no ya de servidores públicos etc, sino de “personas”. Sólo así me puedo explicar que chavales jóvenes que no tienen ninguna amenaza vital de la que defenderse, busquen la forma de hacer todo el daño posible lanzando cosas con otras cosas capaces de reventarle el casco a un policía -algo nada sencillo - o ser capaces de intentar derribar un helicóptero -objeto inanimado - aunque esté lleno de otras cosas llamadas “personas”.
Me intriga mucho esa pérdida de la condición humana que, a ojos de estos jóvenes, sufren los policías o los que se ponen delante para detener sus locuras. No basta con la maldad, debe incluirse un odio ciego en la ecuación para despejar la x de esa incógnita; pero ese odio ciego debe ser cuidado, sembrado y regado con esmero para conseguir el efecto completo: si hay una fisura, es posible que una cara, un gesto de dolor o un grito, rompa en el hechizo y el policía recupere la condición de persona y todo se vaya al carajo: los jóvenes cachorros podrían ponerse a pensar y eso, ya lo sabemos, es muy malo para la causa.
Por si alguien piensa que esto es algo nuevo, lamento confirmar que esta situación es muy vieja y que ha demostrado que, una vez la persona se vuelve cosa, el resto de las aberraciones son sencillas, tan sencillas como meterlas en cámaras de gas; llenar los “gulags” de siberia o los campos de Camboya. A unos los llamamos nazis, a otros jemeres y a lo de Stalin se les puede llamar cualquier cosa, pero básicamente era único y exclusivo de una de las mentes más perversas y retorcidas que conocemos, el caso es que da igual el nombre: lo esencial es despreciar al otro hasta convertirlo en cosa. El resto, como la independencia de Catalunya, es lo de menos, una mera excusa.

miércoles, 30 de octubre de 2019

Las barcas rotas






SOBRE EL LODO, DESCANSANDO,
YACEN LAS BARCAS ROTAS;
DESNUDAS, ASTILLADAS, AMORTAJADAS
DE ALGAS, CONCHAS Y OLVIDO

YACEN ABANDONADAS SOÑANDO MARES
ABIERTOS Y ALTAS OLAS ESPUMOSAS
MURIERON GRITANDO ANSIAS
DE FLOTAR Y CABALGAR SOBRE EL VIENTO,
DE DAR TRABAJO, SUSTENTO Y VIDA
SON LAS BARCAS HOY VENCIDAS
SON ESPÍRITUS BRAVÍOS
SON LOS SUEÑOS OLVIDADOS
SON PURA POESÍA SOBRE EL BARRO
SON AMIGAS ARRUMBADAS
SON VIEJOS LIENZOS AJADOS
NOS MUESTRAN SUS CUADERNAS Y CUBIERTAS
DESNUDAS, CARCOMIDAS, TREPANADAS
DE DESPRECIO BAJO
EL BARRENO DEL TIEMPO

SON MADERAS AL FIN MUERTAS
AJENAS A LAS GALERNAS IDAS, 
OLVIDADAS, YA PERDIDAS

ME DAN PENA ESAS BARCAS
QUE VIVIERON LAS MAREAS
HOY DEJÁNDOSE CAER SOBRE
LOS SUCIOS LODOS DEL BAJÍO.
MIRO SUS ENTRAÑAS VACÍAS
HUÉRFANAS DEL CORAZON ALEGRE
QUE EMPUJABA SUAVES PROAS.

COMO DEDOS DESCARNADOS
SUS COSTILLAS FORMAN BOCAS
SILENCIOSAS, MUDAS, VACIADAS,
SIN ALIENTO, SIN SONRISA
SIN EL ALMA BLANQUECINA
QUE LES PRESTABAN LAS OLAS
SALPICANDO SAL Y ESPUMA

SON BARCAS ASESINADAS,
ROTAS POR LA MALA MANO
DE UN TIEMPO QUE NO ES EL SUYO

domingo, 27 de octubre de 2019

Convivir con y bajo el cinismo




Como siempre, va por delante la definición de RAE Dicho de una personaQue actúa con falsedad o desvergüenza descaradas.
Centrado el tema, declaro que estamos viviendo un estado de cinismo generalizado que provoca náuseas infinitas, estables y consolidadas; tantas que se me hace complicado el simple hecho de ver las noticias diarias o intentar analizar, desde la sensatez y objetividad, cualquier declaración realizada por cualquiera.
El derroche de cinismo en torno al problema de Cataluña o las últimas “performances” llevadas a cabo pro los partidos ajenos al PSOE en torno al necesario cumplimiento del mandato europeo y del Parlamento Español de desalojar a Franco del espanto de Cuelgamuros, pone de manifiesto, una vez más, la inexistente ética de la política española.
Hoy por hoy, aspirar al mínimo grado de colaboración o entendimiento entre partidos sobre cuestiones básicas que todos tenemos en la cabeza, se me aparece como una entelequia absoluta.
Y el caso es que no nos faltan enormes problemas a los que hacer frente, desde el paro, la actividad económica enlentecida, tocada y coja; el siguiente paso de “desfranquizar” a España siguiendo la amable sugerencia del Parlamento Europeo; recolocar a la iglesia católica y a todas las religiones en el entorno privado fuera de lo público; la cosa esa de las autonomías, que parece despeñarse por el barranco del absurdo cada día con mayor velocidad…
Son muchas las tareas que requieren de voluntades unidas y comunes; muchos temas que no admiten divisiones o luchas intestinas y, sin embargo, el discurso dominante es sencillamente miserable, rastrero y mentiroso.
España lleva unas apocas décadas de democracia y parece ser que no hemos aprendió a generar líderes que estén a la altura del diario desempeño de los gobernados, esos que, cuando no hablan de política y por tanto no la cagan (cagamos), trabajan seriamente y desempeñan sus cometidos con eficacia, sensatez y calidad.
Vivimos bajo la capa política de un cinismo atroz que lo gobierna todo y, de verdad: no veo por dónde alumbra la esperanza de salida. Ojalá me equivoque.



jueves, 24 de octubre de 2019

¿Acaba? ¿Empieza?


Sin Palabras

Como los hechos históricos ya no son lo que eran, servidora ha ido siguiendo el acontecimiento del día de soslayo, mirando con el rabillo del ojo los gestos serios de los responsables del gobierno presentes en el acto; la exhibición chulesca de la familia de su propia y anacrónica simbología; el relato de las provocaciones de la tal Merry Martínez-Bordiú y la demostración pública de que Francisco Franco sabe escribir, algo que no teníamos claro los que asistimos a sus fracasos académicos y sus permanentes vulneraciones del buen gusto al esquilmar las poblaciones animales del monte de El Pardo, tomado como espacio privado para sus esparcimientos cinegéticos.
El caso es que uno anda despistado pensando si algo acaba o algo empieza, que el paso de los tiempos y as modas acaba formando un lío y de repente, como a traición, parte del paisaje de hoy parecía tener intención de incorporarse al NO-DO y entonar, enardecidos, los gritos de ritual mientras otra parte corría hacia el futuro a abrazar las lápidas de las nuevas sepulturas en las que alojar a sus antepasados. Todo era un lío y nadie parecía detenerse en ese presente generoso, legalista y sensato que aguantaba a pie firme la grosera exhibición de fascismo genético de familiares y allegados en el entorno de una sierra escéptica que aguarda, tranquila, que pase la marea para seguir siendo bella, tranquila y serena en su grandeza de senderos, peñas y nubes.
Llegará el día en el que todo ese adefesio se derrumbe y la sierra lo incorpore a sus entrañas: la corrupción de sus constructores y la codicia de todos dejó allí la semilla propia de la arquitectura efímera, por mucho que su enloquecido y megalómano promotor tuviera sueños de eternidad.
Hoy la historia ha mostrado su patita, nada más y nos llama a todos a asumir la normalidad de lo que es normal, que lo que no puede ser no puede ser y es ella la que va colocando las piezas de lo que fue en el lugar adecuado. Sin prisas, sin gritos de ritual, sin atropellos, Francisco Franco ha cambiado de morada y la vida sigue. Nos ha costado tiempo, esfuerzo, trabajo y dinero, pero se sigue demostrando que los fascistas y su familia son miserables, ladinos, pobres de espíritu y tacaños como la historia de sus rapiñas demuestra: la cabra tira al monte y está claro que la Paca Collares dejó su impronta y el “Comandantín” se aseguró el futuro de los suyos adecuadamente.
Y la Iglesia, calladita, que está más guapa y sigue sin echar una mano en nada, que podría ser el momento de “aggionarse” y quitarse de en medio, que en ese maldito edificio no se le ha perdido nada ni nada debería requerir de su atención.
Por último, mucha suerte para todos aquellos que ven, en este día, el inicio de la esperanza aunque deberían tener en cuenta que ningún lugar puede ser mejor para sus seres queridos que ese lugar de la memoria que han conservado y mantenido como el mejor homenaje a su ignominiosa muerte.
Que todos, repito, todos, descansen y descansemos en paz. Me parece un buen futuro, sinceramente.

martes, 22 de octubre de 2019

Pobrecito Dictador

¿Dios reconocerá a los suyos?
Lo dudo
Es posible que el coronel de García Márquez no tuviera a nadie que le escribiera, pero parece ser que la abundancia de turiferarios del caudillo de España por la gracia de dios se mantiene en niveles muy altos y que no ha decaído ni un ápice desde los tiempos que el tal gobernaba sobre el suelo patrio.

Tengo que reconocer que cada vez que mis debilidades por Pedro Sánchez decaen, esta nutrida tropa de nostálgicos fascistas hacen que me entren más ganas de hacerme fan incondicional de este “amado líder”. Ahora es “Sánchez El Profanador”, así, sin más, con total rotundidad. Debe poner eso de verse llamado de tal guisa, un poco como “Terminator” o “El azote de Dios” como Atila. 
¿Y Vd. a que se dedica?” 
Pues yo, mire Vd. mayormente a profanar, que me pone mucho, no puedo evitarlo. Me entran unos subidones que ni le cuento. Eso si: no me prodigo mucho, que no hay demasiadas tumbas que estén a mi nivel. Dictadores quedan pocos en sus tumbas y dedicarme a la gente corriente, como que no es lo mismo, ya ve.

Pues eso, yo de mayor quiero que también me pongan un mote de tal guisa: Juan Manuel el ..vaya Vd. a saber, que lo mío no tiene interés.

Estos días ya se empieza a ver que, tras el monotema de Barcelona y sus queimadas, nos anuncian la llegada del gran éxito de la temporada: Francisco Franco, el dictador no tiene donde caerse muerto. Que todavía tengamos gentes que rasguen las vestiduras por el destino que pueda sufrir semejante cabestro, e alucina. Fue un militar penoso cuyo único mérito era, eso si, el valor y sabeer embestir como los  carneros, con tan preclara inteligencia que mandó a sus tropas a tomar Madrid !cuesta arriba! Timorato en su vida privada, logró que sus compañeros de conspiración le llamaran Miss Canarias, por lo que tardaba en unirse al golpe. Tanto tardaba que por fin le llegó el ingreso en sus cuenta londinense proveniente del Sr. March. Entonces y sólo entonces, se dedicó a matar un poco primero y a conspirar después contra sus propios compañeros de armas hasta que, en una jugada de trilero, cambió redacciones y nombramientos para quedarse como cabeza de la cosa.

El jueves saldrán fachas, aguiluchos y banderas a recibir a aquél que llenó los campos de odio, las cunetas de cadáveres y la historia de España de vergüenza. A otros, ese día nos parecerá que ha mejorado el tiempo.

lunes, 21 de octubre de 2019

Estamos solos

Pues eso: en el momento de la verdad, cuando necesitamos lo mejor de nuestra especie, triunfa el tierraplanismo. ¿Y creemos todavía que la salvación es posible?
Hace unos días hablaba de que nos acercamos, todos, juntos y sin excepción, a un territorio desconocido dominado por engendros demoníacos que quieren, y pueden, acabar con nuestra especie o, en el mejor de los casos, devolvernos a épocas pasadas en las que nada nos protegía como individuos: ni leyes, ni Reyes ni naciones o prelados.
Leía ayer en El País (https://elpais.com/economia/2019/10/18/actualidad/1571397259_309335.html) un sesudo artículo sobre el capitalismo y sus devaneos con la actualidad; de la necesidad de realizar un ajuste rápido en el único sistema económico y social que se ha demostrado medianamente capaz de resistir la inoperancia humana, la misma que se ha cargado el resto de los intentos de cambiar las cosas. Como ellas, las muertas y defenestradas, el actual capitalismo se nos muestra como un monstruo capaz de devorarlo todo para alcanzar su propio fin y este artículo da vueltas planeando por algunas de las últimas ideas al respecto. Capitalismo verde, social, solidario, participativo...y vaya Vd. a saber qué más podemos inventarnos para domesticar a la bestia, pero lo cierto es que la bestia y los jinetes del apocalipsis, los reales, los que señorean hoy el planeta, campan por sus respetos y no tienen a nadie que les haga frente.
Los ciudadanos clamamos en un desierto de líderes políticos que, como mi querida Aznar, claman, a su vez, por mantener el negocio de sus amos, que son los verdaderos amos de todos. Justo cuando la humanidad se enfrenta a sus momentos más cruciales como especie -no como nación aislada o cultura o área geográfica – y el destino de todos está pendiente del capricho de un sistema tan complejo como el clima, al que hemos llevado al límite, cuando miramos a nuestros teóricos dirigentes nos encontramos con Bolsonaro, Trump, Yeltsin, Johnson, los polacos y húngaros, los corruptos chinos…y la realidad se impone: estamos solos y no hay nada ni nadie que pueda parar el desastre que se avecina.
La historia, la más conocida, siempre nos habla de líderes aparecidos en el momento de la verdad, justo cuando todo parecía perdido y que, con su presencia, inteligencia y trabajo, consiguen torcer el curso de los acontecimientos, pero está claro que el momento contradice tanto la propia historia como lo inexorable de su avance lineal: podemos retroceder y lo estamos haciendo a toda velocidad. Cuando nos lo jugamos todo como especie, reforzamos los nacionalismos localismos; cuando la ciencia se muestra como el único camino en el que algo es todavía posible, se impone la más acendrada estupidez colectiva,; cuando todo nos indica que podemos si vamos juntos y usamos lo que tenemos a nuestro alcance de manera adecuada, nuestros líderes, elegidos por una caterva de estúpidos, nos cortan el paso.

Sí: estamos solos. No le demos más vueltas y asumamos que los dragones tendrán comida, mucha comida.

sábado, 12 de octubre de 2019

España y América: comentario por encargo

Aztcas preparando la barbacoa ejerciendo el máximo respeto a los pueblos hermanos de mesoamérica


Un soneto me manda hacer Violante…y como Lope, aunque sin su genio, me veo ante el teclado para hilar un par de sesudos comentarios sobre la relación de España con América; ardua tarea que puede consumir vidas enteras y que mis amigos no quieren analizar con el detalle que suponen más de cuatro o cinco párrafos de buen tamaño. Como punto de partida, nací en Argentina y trabajo y vocación me han permitido patear bastantes países de norte a Sur, eludiendo tan solo Venezuela, Colombia y Perú. El resto, desde Vancouver a la Patagonia, han sido visitados por servidora y sus ávidos deseos de aprender.
Lo primero que parece evidente es que España dominó sin la cruel metodología y racismo empleados por los anglosajones y holandeses varios siglos después en sus colonias. Entregados al fornicio legalizado, los españolitos de Cortés llegaron a Tenochtitlán cargados de bastardos reconocidos que acabaron conformando una élite criolla que terminó por expulsar, años después, a los representantes de la corona española. Primer dato. Los anglosajones follaban igual, pero mataban a las embarazadas para evitar a esa oblación mestiza, siempre muy peligrosa.
Segundo: Cortés se dio cuenta de que debía entenderse con el soberano de un gran estado y se presentó a Moctezuma ofreciendo vasallaje y alianza con el reino de España: impensable tanto en ese momento en Europa como siglos más tarde. Holandeses, ingleses y portugueses, junto con franceses, belgas y alemanes arrasaron con todo lo que encontraron sin pensar en jerarquías o alianzas. Pensemos en los intereses ingleses en la guerra del opio y en los holandeses en la Molucas o los belgas en el Congo y veremos que lo español en la conquista ni fue tan bestia ni tan extraño. Acercarse a la historia con un punto de vista cerrado a lo actual es un error de enormes proporciones.
Tercero: que nadie se equivoque con el poder militar de los españoles. Conquistaron porque se aliaron con la multitud de pueblos sometidos, sojuzgados, expoliados y masacrados por Incas y Aztecas. En el momento que se quedaron un poco, solo un poco solos, pintaron bastos como demuestra la Noche Negra del 7 de julio de 1520 cuando tuvieron que salir de najas de Tenochtitlán y darse de bofetadas cerca de Otumba, en un villorrio que la Wikipedia me recuerda como Temalcatitlán. El que quiera enterarse de cómo los españoles prefirieron ahogarse en los canales antes de desprenderse del oro, que se lea el libro de Bernal Díaz del Castillo llamado La Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, genial crónica de la historia a golpe de calcetín escrita por un soldadito de la tropa de Cortés.
Cuarto: si es cierto que los españoles actuaron de forma vesánica y ejercieron una tiranía que en la época podría considerarse como normal en todo el orbe, Aztecas incluidos. Si alguien tiene la mínima duda sobre la verdadera naturaleza angelical de los aztecas, que se de una vuelta por el museo de antropología del DF y podrá apreciar la sutileza de los cuchillos de obsidiana y las tazas sacramentales con las que se recogían los corazones palpitantes de los afortunados sujetos que pasaban a entenderse con la multitud de dioses aztecas o los que poblaban las páginas del Popol Vhu, biblia maya que también he tenido el placer de meterme entre pecho y espalda.
No, no hay caso y los verdaderos asesinos genocidas fueron los virus, gérmenes y bacterias que arrasaron poblaciones enteras sin dejar bicho vivo. Hay un libro -perdón por no tener la referencia aquí – que habla de la realidad de las poblaciones americanas antes y después de la llegada de los europeos cuyas cifras son espectaculares. Nos habla de millones, cientos, de seres desaparecidos a causa de la viruela -a la cabeza – gripe, sarampión y demás bondades.
En el libro El dios de la lluvia llora sobre México, de László Passuth, se nos cuenta mucho de la aventura de Cortés -libro maravillosos – y también podemos encontrar, en muchos documentos, las macabras historias de Becerrillo, alano español receptor de soldada de primera y ejecutor de muchos indígenas enemigos (Curioso que el chucho sabía distinguir amigos de enemigos aunque vistieran igual) pero junto a estos actos, Frai Bartolomé de las Casas levantó la voz favoreciendo la causa de los indígenas (a los negros africanos que les fueran dando, que de esos no se ocupaba ni Dios) algo impensable en otras culturas.
España conquistó -según mi humorística tesis – porque le tocaba: nos habían zurrado los cartagineses, fenicios, griegos, romanos, godos, celtas, alanos y árabes, así que nuestro turno había llegado y los aprovechamos porque éramos más pobres, teníamos más hambre y estábamos hasta las narices de pegarnos con los cerdos para comer bellotas. Simple, humano y por cierto: actual. Si ahora se descubriera una nueva tierra, los pobres de la tierra harían, otra vez, los mismo que hicimos nosotros, lo mismo que hicieron los mongoles arrasando China y la India o lo mismo que hicieron los árabes comerciando con esclavos y abriendo África para que los europeos acabaran el trabajo.
Y termino con dos notas: leeros el discurso de Vargas Llosa al recibir el Nobel y pensar en cómo, dos siglos después de nuestra salida de América, viven los indígenas de hoy bajo el yugo de los blanquitos que echaron a los españoles por malos. Y ya no estamos por esos lares, que conste: han tenido tiempo, 200 años, para arreglar lo que fuera menester arreglar.



viernes, 11 de octubre de 2019

HIC SUNT DRACONES




Cuando la cartografía quiso hacerse mayor y compartir el rigor del método científico, empezó a usar una fórmula que, bajo la poesía de lo mitológico , aceptaba sus imitaciones y la falta de conocimiento: al llegar a una zona desconocida, escribían HIC SUNT DRACONES, que es lo mismo que decir que no tenían ni idea de lo que se debía representar en ese territorio.
Creo que hoy en día la humanidad toda parece haber llegado, una vez más, al territorio de los dragones, esos paisajes que exigen un esfuerzo de creatividad y adaptación para permitirnos seguir infectando la piel del planeta. Los dragones son muchos y variados y todos ellos, identificados o no, suponen un reto importante de la misma manera que siglos atrás otros dragones tuvieron que ser domesticados y asimilados por nuestros usos y costumbres cotidianos. La revolución industrial puede ser un buen ejemplo de colonización de un territorio desconocido y sus enseñanzas podrían ayudarnos siempre y cuando fuéramos capaces de aceptar que necesitamos una adaptación rápida, eficaz, universal y justa para poder seguir nuestro camino como especie.
El cambio llega rápido para el clima, el reparto del trabajo y sus múltiples formas de evolución conjunta con la tecnología de las comunicaciones; llega rápido para la trasformación de nuestros usos y costumbres respecto a la movilidad y al consumo, amenazando el actual sistema con la reimplantación del consumo circular y el abandono de los insostenibles modelos consagrados por el desarrollismo industrial de las últimas décadas; llega un importantísimo cambio en el modelo familiar y social derivado de la impensable longevidad que crece gracias a los avances médicos y medioambientales; llegan y llegamos, juntos, a ese territorio ignoto plagado de dragones que hay que identificar y domesticar adecuadamente y debemos hacerlo según pautas consensuadas, probadas y dosificadas según la justa medida. Todo este ladrillo viene a cuento de los titulares lanzados por y reproducidos en la prensa sobre el programa de Iñigo Errejón y su idea de la semana laboral de 4 días. Tal como nos ha llegado, es un absurdo brindis al sol, pero bien explicado y exponiendo las pruebas que ya se han realizado en Nueva Zelanda y otros países,explicando bien qué y cómo se hizo y en dónde; abriendo la posibilidad de establecer determinadas pruebas con algunas empresas -como se hizo allí -hubiera sido posible establecer un debate basado en datos fiables; oportunidad perdida gracias al inadecuado uso de los famosos 140 caracteres.
Tenemos, por fortuna, la posibilidad de usar el método científico para establecer todo tipo de pruebas y programas que nos ayuden a colonizar los enormes territorios vírgenes que tenemos delante de nuestros pies y sabemos que, como siempre, nos adentraremos en lo nuevo sin duda y sin tener ni idea de las consecuencias de nuestras acciones, pero por favor, hagámoslo con cierta cabeza y con el compromiso de tratar de hacerlo bien y hacerlo en beneficio de todos. Necesitamos trabajar bien y juntos, sin descalificaciones previas y poniendo encima de la mesa datos y medidas fiables, que lo que nos jugamos es mucho y aunque algunos piensen que a ellos y sus iguales no les afectará, no es verdad: el futuro llega para todos y llega, además, a la casa común de todos, negacionistas pagados y paniaguados como Aznar incluidos.



domingo, 29 de septiembre de 2019

Post-Franquismo

Franco y la Iglesia: como en casa, en ningún lado


Hace tiempo que, entre mi grupo de comensales de los lunes, hablamos sobre la constante y todavía permanente presencia de un franquismo sociológico que no se ha disuelto en las aguas de la democracia. Hay un discurso que va calando desde años y que nos pinta la dictadura de Franco como un periodo de prosperidad, calma social y buen gobierno. Es inútil argumentar lo obvio cuando, por desgracia, nos llega otra vez el famoso discurso: no hay dato, estadística o hecho hiper demostrado que consiga cambiar el juicio de quien nos habla.
Ahora, cuando parece ser que, por fin, el dictador podrá ser desterrado de ese monumento al espanto que es el famoso Monasterio de Cuelgamuros, vuelven las voces a clamar por la traición, vuelven a pedir que se respete el cadáver y que no se “abran heridas”; las mismas heridas que sólo sanaron en los cuerpos y en las almas de los vencedores, que de los vencidos nadie tuvo cuidado ni a nadie preocupó su sanación. Jaime de Armiñan, en su película “Septiembre” introduce una escena que, a mi juicio, puede resumir muy bien la esencia de la situación: uno de los personajes -antiguos compañeros de colegio que se reúnen para una excursión 25 años después de dejar el colegio – le pega una bofetada llena de odio al fuerte del grupo y éste, muy sorprendido, le pregunta por la razón de esa bofetada, pues él jamás le ha hecho nada. El agresor, que reúne las características del débil de la clase, le contesta: “Los que abusabais de mí; los que me aterrorizabais y me pagabais, os habéis olvidado de mi miedo, pero yo no: yo me acuerdo de cada amenaza, de cada abuso y de cada golpe y hoy me he vengado”.
La transición, mas que cerrar, saltó sobre u obvió algunos temas pendientes que seguían presentes en muchas casas y en muchas familias; no quiso ver que era necesario restituir la calma de muchas personas que habían convivido con el miedo, sufriendo la venganza de los vencedores sin poder hacer nada; sabiendo que sus familiares habías sido asesinados y olvidados sin la posibilidad de hacer nada por sus cuerpos y por su memoria. Los había de toda clase y condición: desde labriegos hasta mandos, generales, oficiales y suboficiales del ejército que vieron sus hojas de servicio injuriadas por el calificativo de “traidor”, máximo deshonor de un militar.
Todo eso no se había lavado, no se había sanado y, por cierto, la Iglesia jamás ha movido un dedo para ayudar a solventar esa situación que ahora, mediante la gestión de un símbolo, puede empezar a solventarse. Todavía, hace un par de días, los obispos acusaban al gobierno de electoralismo cuando la resolución del parlamento y los intentos de este gobierno están vivos desde hace años.  
Los franquistas y su herencia siguen presentes en muchos usos y costumbres de nuestra sociedad actual, no debemos engañarnos ni dormirnos. España tiene dejes cuyas raíces se esconden en los usos y costumbres franquistas, de manera que, queriendo o sin querer, son muchos los que colaboran para que esa parte de la historia se nos vuelva a presentar ante la cara a la menor oportunidad. Son muchos los que colocan los actos desarrollados por unos y otros entre el 18 de Julio del 36 y el 1 de Abril del 39 en el mismo plano de moralidad y legalidad, por mucho que esto sea una herejía histórica: unos defendían el orden legal y otros lo subvirtieron, pero es como si eso se hubiera olvidado: Para ellos, es lo mismo.
Franco saldrá de Cuelgamuros, seguro, pero será igual: su legado de intransigencia, violencia, arbitrariedad, corrupción moral y despotismo seguirá vivo y tratando de que España vuelva, eternamente, a las cavernas.

sábado, 21 de septiembre de 2019

¿Queremos? ¿Podemos? ¡Debemos!



Hora punta en el centro de Amsterdam

Hace bastante tiempo que tengo muy claro que el ser humano hace, básicamente, aquello que quiere hacer y es capaz de generar miles de argumentos para excusar aquello que no hace. Viene esto a cuento de la corriente que crece en torno a la necesaria puesta en marcha de acciones encaminadas a mejorar la salud del planeta y evitar su completa destrucción; actuación que licha contra toneladas de sesudos y bien pagados papeles que tratan de convencernos de que la realidad que tenemos delante es, con toda seguridad, un trampantojo.
El viernes 20 de Septiembre de 2019, miles de manifestaciones en todo el mundo tratan de convencernos de dos cosas muy sencillas: Queremos y Podemos. Se han terminado -o deberían terminarse – las excusas y a esas dos realidades debemos sumar un tercer mandato inexorable: Debemos. Contra aquellos que tomaron las calles se van a levantar enormes cantidades de argumentos, ataques y calumnias, pero la realidad tangible de toda esa mierda que amenaza con ahogarnos a todos se va a imponer de forma inminente, sin duda. Miremos donde miremos o analicemos los datos que analicemos, la realidad se impone a la mentira, a la manipulación, la excusa o la pereza. La vergonzosa realidad de la que somos culpables mata animales, destruye hábitats enteros, llena los mares de plásticos y fertilizantes que ahogan las aguas con inmensas y aberrantes cantidades de algas y cambia el clima. Sin duda, sin resquicios  sin posible vuelta atrás de no tomar, de forma inmediata, todas las medidas que sabemos necesarias son importar el coste: nada podrá arreglar la ruina de nuestra casa si esta colapsa y no podemos ser tacaños en el gasto que su reparación necesita.
Debemos, queremos y podemos cambiar muchas cosas, desde los hábitos de movilidad hasta estar seguros de conseguir un modelo limpio y sostenible; debemos, queremos y podemos detener la emisión de gases invernadero lo ates posible poniendo en marcha energías alternativas que YA están disponibles y son posibles y adecuadas; debemos, queremos y podemos eliminar, con plena autoridad moral y poder de coerción, cualquier obstáculo, país, organización o estructura de poder que se oponga a la tarea común más importante que nunca haya ocupado a la humanidad toda.
No queremos, no debemos aunque, por desgracia, podemos seguir ciegos, inertes e indiferentes ante el completo desastre que amenaza al planeta y, sin embargo, las clases políticas - todas y en todos los países – valoran más los negocios y beneficios de hoy que la desgracia y completa ruina de un futuro cada vez más negro y cada vez más inminente; esa que herederán nuestros hijos y nuestros nietos por mucho que “el poder” trate de engañarlos, pero ellos no se dejan: saben que serán ellos los que tengan que vivir en el horror que les dejamos y reclaman que asumamos nuestro deber de evitarlo sin dilación.
Y el caso, la verdadera desgracia, es que tenemos el dinero, la tecnología, el poder y la posibilidad de poner en marcha las soluciones necesarias, pero no queremos: argumentamos, ponemos encima de la mesa la enorme repercusión económica de acabar con la economía del petróleo; los interesados invierten millones y millones en pagar estudios y expertos negacionistas para que hagan ilusionismo y juegos de manos con la realidad, pero lo que es obvio acabará imponiéndose de forma inexorable y será tarde, muy tarde. Ellos, los “ellos” de siempre morirán ricos y yacerán sobre los restos de un planeta muerto que verá su muerte con indiferencia para seguir evolucionando hacia nuevas eras en las que no sabemos que pasará. Solo sabemos que el hombre no estará sobre su atormentada superficie.
No quiero acabar de una forma tan negativa, de manera que abro una pequeña ventana a la esperanza y os invito a todos a sentaros, en plena hora punta de la mañana o la tarde, en una terraza del centro de Amsterdam. Veréis que no hay atascos y apenas algunos coches se mueven por las grandes avenidas casi vacías mientras un río de silenciosas bicicletas se traslada con eficacia y normalidad llevando a todos, mayores y pequeños, a sus destinos de una forma limpia y segura. Hoy, con las posibilidades que ofrecen las bicicletas eléctricas, ya no hay cuestas y si volvéis a esa maravillosa ciudad en pleno invierno, veréis la misma fotografía, pero nevada, con sus canales helados y un viento gélido, feroz, y con las mismas gentes pedaleando saludables y tranquilos camino del trabajo, de casa o de una reunión de amigos. Ellos no ponen excusas, no argumentan: simplemente, lo hacen y hace más frío, llueve muchísimo más y el viento, os aseguro, es helador, pero ya lo han asumido.
Y les va bien. Mejor dicho: les va genial.


jueves, 12 de septiembre de 2019

Luz y materia




Me pongo a escribir más que nada por inercia y un poco por costumbre y, como muchas veces, me agarro a la primera idea que aterriza sobre le teclado en el momento de ponerle nombre a la cosa y que, además, ayuda a poner de manifiesto que, de ven cuando, somos capaces de cosas buenas muy alejadas de la miseria cotidiana. En un repaso de la presa -de toda la prensa – me detengo en una noticia del ABC que me retrotae a los tiempos del bachillerato y la famosa expresión de las clases de ciencias”despejamos y…”:
"Se trata de una demostración pura de la famosa ecuación de Einstein que relaciona la energía y la masa: E = mc2, que nos dice cuánta energía se produce cuando la materia se convierte en energía", explica el investigador principal y profesor de física Steven Rose. "Lo que estamos haciendo es lo mismo pero al revés: convertir la energía del fotón en masa, es decir, m = E / c2".
Pues eso, que despejando despejando, unos chicos bastante listos están a punto de ver si pueden hacer realidad una idea de hace80 años y que, con los conocimientos de hoy, podría darnos pistas de esos primeros instantes del universo en los que la materia empezaba ser una realidad y ponía tropezones en desestructurada la sopa cósmica en la que, antes de eso, nada era ni podíamos encontrar masas o materias, solo potencia de lo que acabaría siendo nuestro universo.
Me gusta saber que, en medio de todo el fárrago de incoherencias políticas, económicas y sociales, hay algunos seres humanos entregados a lo que, desde siempre, ha conformado la base de nuestra inquietud intelectual: el conocimiento de lo más cercano; el saber las causas y los “por qué” de lo mas simple y ala vez, lo más ignorado. Mientras los tierraplanistas y antivacunas tiran de nosotros hacia la bestialización de la especie, otros, los mejores, tratan de iluminar las zonas oscuras de nuestro conocimiento.
Mientras escribo, una imagen se adueña de mi cabeza: un sabio en el laboratorio exclama contento: “Con esto, por fin, se acabarán los problemas del indo” mientras al fondo el mundo explota y se desintegra comido por la polución y la guerra”. Me temo que estamos tan cerca de lo uno como de lo otro. O escogemos bien, o la liamos.